Manipulación de materiales

El estado de forma en la manipulación de materiales

Por Gian Schiava

Febrero 2021

La importancia de mantener los suelos de su almacén limpios y en buen estado

En 2014, Gian Schiava escribió un artículo* en Eureka que versaba sobre la importancia de mantener un suelo plano y limpio, y cómo un estado de abandono podía afectar a la productividad. Ese artículo se centraba entonces en cómo crear suelos de calidad o restaurarlos; ahora aborda los daños que pueden sufrir y los esfuerzos necesarios en el día a día para prevenirlos.

Una contribución** reciente de Mark Nicholson en Eureka (enero de 2020) abordaba los peligros del polvo y las posibles medidas de prevención a adoptar. El artículo de hoy amplía este tema, analiza las máquinas de limpieza disponibles y, finalmente, considera qué aspectos se deben tener en cuenta a la hora de comprar una.

El lento proceso de deterioro

Por supuesto, cuando estrenamos un almacén nuevo, su aspecto es más el de un salón de exposiciones. Los productos se guardan de forma ordenada, las estanterías brillan y nosotros estamos listos para comenzar. Pero, entonces, empieza el trabajo. En poco tiempo, se hace evidente que el suelo de un almacén sufre mucho más que ninguna otra solera de uso comercial. Cada día, debe soportar el continuo ir y venir de carretillas elevadoras y transpaletas en todas direcciones. En ocasiones, algunas cargas pesadas son literalmente arrastradas sobre su superficie. El desgaste del suelo pronto comienza a ser evidente.

Estos son algunos de los primeros signos visibles de deterioro que pueden empezar a afectar a las operaciones:

Rayones: Al principio, solemos ver rayones y pequeños surcos. Estos se producen al arrastrar cargas pesadas por el suelo. También pueden deberse a palés mal preparados o dañados, al contacto con otras superficies de carga desiguales o a un manejo inadecuado de las carretillas elevadoras.

Marcas de neumáticos: Se producen, particularmente, cuando operan un gran número de carretillas elevadoras o transpaletas en el almacén. Se deben a neumáticos desgastados o al derrape de los vehículos sobre las superficies de hormigón lisas. Para eliminarlas y mejorar el atractivo visual del suelo, a menudo es necesario realizar un tratamiento químico.

Reducción de la planitud: Se produce cuando los cimientos del propio almacén no son lo bastante sólidos o cuando se dan presiones pico muy altas a consecuencia de las cargas, los equipos, etc. A menudo, las superficies comienzan a ceder en los lugares donde se concentran las cargas más pesadas.

Grietas: La reducción en la planitud del suelo suele ir acompañada de la aparición de grietas. Las más pequeñas pueden rellenarse con mezclas de cemento, pero las grandes requieren reparaciones más complejas.

Deterioro químico: Productos químicos corrosivos como los ácidos pueden dejar marcas permanentes y dañar la superficie de los suelos de hormigón.

No obstante, es probable que el factor humano sea el más perjudicial a largo plazo. En un estudio norteamericano (fuente: Warehouse Forum), se les preguntó a los profesionales del almacenaje por qué no reparaban sus suelos. Las tres respuestas más habituales fueron preocupantes:

92 %: No hay tiempo para reparaciones

89 %: La mano de obra dedicada a mantenimiento no es suficiente

84 %: No es una prioridad de la empresa

Consecuencias

Los suelos deteriorados afectan negativamente a varios aspectos de las operaciones en el almacén:

1. Los equipos de manipulación de materiales

La mayoría de las carretillas elevadoras para espacios interiores apenas se usan en el exterior; particularmente, los modelos especializados como apiladores, transpaletas y recogepedidos. Cuando deben circular sobre suelos agrietados o con socavones, los neumáticos se deterioran rápidamente. Los costes de mantenimiento y reparación aumentan, y también lo hacen los tiempos de inactividad.

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Los equipos para almacén sofisticados, como los últimos recogepedidos de medio y alto nivel de Cat® Lift Trucks, brindarán aún mejores resultados si se usan en un suelo bien mantenido.

2. Las personas

Los problemas en los suelos también afectan a los operarios de los vehículos. El aumento de las vibraciones a causa de baches y desniveles se traduce en mayor fatiga, dolores de espalda o incluso estrés. Una solera defectuosa puede además aumentar el peligro de sufrir accidentes. Finalmente, se puede producir un aumento del absentismo y, si una empresa no aborda adecuadamente la situación, puede ver cómo sus mejores conductores se marchan.

3. Productividad

Cuando los suelos se descuidan, la productividad se reduce. En tales circunstancias, los operarios de carretillas más sensatos mitigarán el impacto de grietas y socavones reduciendo la velocidad o tomando desvíos para esquivar las zonas problemáticas. Su producción empezará a disminuir de manera proporcional.

4. Seguridad y mantenimiento general de las instalaciones

Los suelos en mal estado también afectan al estado general de las instalaciones y a la higiene. Las grietas en el hormigón acumulan suciedad y basura. Aun empleando máquinas barredoras, las grietas más profundas pueden no quedar limpias del todo.

Cuando hay numerosas marcas de neumáticos en el suelo, estas pueden dificultar la correcta identificación de las zonas peatonales y otras señalizaciones, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Recuperar la señalización regularmente requiere una inversión adicional que, de darse un buen mantenimiento del suelo, no sería necesaria.

Los anteriores problemas son aún más importantes en entornos alimentarios o farmacéuticos, donde la contaminación representa un problema serio y la legislación impone estrictos requisitos.

El estado de forma depende de la persistencia y la disciplina

Reparar suelos, por lo general, no es muy difícil, pero requiere tiempo. Y cuanto más se espera, más aumentarán los costes. La palabra clave en este caso es «prevención», que se traduce, sencillamente en un mantenimiento regular. Algunos aspectos a considerar son la limpieza periódica del polvo y otros residuos (clavos, tuercas, tornillos…), la revisión de las carretillas elevadoras y demás vehículos (prestando especial atención al desgaste de los neumáticos), la reconsideración de los espacios, el análisis de los riesgos existentes y, finalmente, la inversión en limpieza profesional.

Tanto si externaliza la actividad completamente como si cuenta con personal propio de limpieza equipado con máquinas profesionales, descubrirá que limpiar y fregar un par de veces al año puede resultar mucho más económico que afrontar costosas reparaciones.

Si está buscando máquinas de limpieza, encontrará un gran número de proveedores, pero, al final, todo se reduce a una pregunta básica: ¿barrer, fregar o ambas cosas?

Kärcher, una de las principales marcas, recomienda siempre barrer antes de fregar. Recalca que aproximadamente el 80 % de los residuos que se infiltran en el entorno son partículas secas. Para una correcta limpieza es, por tanto, necesario barrer primero; de lo contrario, las partículas secas se quedan atrapadas en los accesorios de fregado, reduciendo su eficacia y aumentando el riesgo de que produzcan daños. La empresa asegura que barrer quizá sea uno de los aspectos más infravalorados de un programa de mantenimiento. Existen varias máquinas disponibles, dependiendo del tamaño de los residuos a los que se enfrenta.

Otro proveedor, Nilfisk, señala que los suelos limpios contribuyen a la satisfacción en el trabajo y a una actitud más positiva de los empleados. Cuidar de las instalaciones es una forma de demostrar la preocupación de la empresa por ellos. Además, algunos almacenes reciben la visita de proveedores o clientes y, seguramente, deseará ofrecer una imagen de limpieza y organización. Nilfisk comparte cuatro consejos a considerar a la hora de adquirir equipos para la limpieza de suelos:

1. Anteponga la productividad al precio más bajo. En ocasiones, un equipo más caro puede ofrecer el mejor retorno de la inversión. Al fin y al cabo, cuando se tienen en cuenta los costes de la mano de obra, acabar antes el trabajo permite una rentabilización más rápida.

2. Busque equipos versátiles. Desde el punto de vista del proceso de limpieza, la suciedad no está uniformemente repartida por las instalaciones. Para realizar una labor eficaz, quizá sea útil que los operarios puedan ajustar la potencia de limpieza de la máquina. Eso también le puede permitir ahorrar agua y productos químicos.

3. Hágase con una máquina capaz de recoger tuercas, tornillos y virutas de madera de los palés. Revise la lista de prestaciones del equipo para ver el tamaño de residuos que puede manipular. ¿Es capaz de capturar fragmentos grandes al fregar?

4. Considere siempre la seguridad del operario y la facilidad de uso. Deje que el proveedor le haga una demostración de las características más destacadas y pregúntele si puede dejar que un miembro de su plantilla pruebe la máquina para ver lo rápido que se familiarizaría con su manejo.

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