Más vale prevenir

La adaptación de los almacenes a las mercancías peligrosas

Aprovechar al máximo el almacén es un reto diario para su jefe de logística. Hay que enfrentarse al mantenimiento de un flujo continuo de mercancías y los clientes deben recibir a tiempo los artículos que han pedido. El trabajo se complica aún más si algunos de los productos que almacena y envía resultan ser mercancías peligrosas o sustancias nocivas. Gian Schiava entrevista a un especialista en propiedad inmobiliaria para logística y le pregunta en qué se diferencian de los almacenes normales este tipo de instalaciones.

Para hablar de este «peligroso» tema, nos reunimos con Rene Geujen, que es director de desarrollo de planificación en Next Level Development, una empresa especializada en la construcción y la financiación de centros logísticos sostenibles preparados para el futuro.

Eureka: ¿Qué tipo de reformas son necesarias en un almacén para poder almacenar
mercancías peligrosas?

Rene: En la práctica, las cantidades a almacenar determinan en buena medida las reformas necesarias. A grandes rasgos, consideramos tres niveles distintos con resultados distintos. En un primer nivel, podemos realizar una sencilla adaptación. Los artículos nocivos pueden almacenarse, hasta un cierto tonelaje, en contenedores específicamente diseñados para tal fin. Dentro de esta categoría, el edificio en sí apenas requiere ninguna modificación. Este es generalmente el caso cuando las cantidades a almacenar son reducidas. El riesgo se hace más manejable si se distribuyen estos suministros peligrosos por todo el almacén. Los trabajos se limitan a habilitar sistemas de ventilación y conexiones adicionales en los sistemas de control de incendios.

El segundo nivel ya obliga a reformas sustanciales: lo que llamamos la solución de «una caja dentro de otra». Son necesarios cambios en la estructura y en los cimientos incorporando, por ejemplo, estructuras dobles de acero para dotar al edificio de cierta resistencia al fuego. Una distribución equitativa de los artículos es, de nuevo, crucial. Se trata de tomar determinadas decisiones a la hora de compartimentar: ¿qué tamaño deben tener los espacios y cuán flexibles deben ser? La clasificación de peligro de las propias mercancías también resulta muy determinante. ¿Agrupará los artículos en palés o los dejará sin agrupar en el piso del almacén? ¿Qué productos tenemos hoy y qué esperamos mañana?

En última instancia, nos encontramos con el auténtico almacén especializado en mercancías peligrosas. Varias normas nacionales se basan hoy en el Acuerdo Europeo sobre Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera (ADR), firmado en Ginebra en 1957 y vigente desde 1968.

Los almacenes ADR, específicamente construidos para el almacenaje de mercancías peligrosas, representan una categoría inmobiliaria propia. Estos almacenes tienen ciertas peculiaridades:

– La disposición general del edificio es distinta, y contiene muchas menos unidades.

– El tejado y, en ocasiones, la estructura entera, son de hormigón.

-Todas las puertas industriales son estancas para contener, por ejemplo, agua o espuma de extinción en caso de incendio.

– Cada vez más, en lugar de rociadores de agua o espuma, cuentan con sistemas de extinción de incendios a base de dióxido de carbono, que causa un menor daño al inventario.

Un almacén ADR es un producto en sí mismo, como una nave frigorífica o un almacén APPCC (la certificación usada en la industria alimentaria).

Eureka: Has mencionado las clases de mercancías peligrosas. ¿A qué te referías? 

Rene: En Holanda tenemos la directiva PGS15, que enumera las diversas clases. Aquí, el usuario es el responsable de obtener los permisos necesarios. Dada su complejidad, casi siempre necesita la ayuda de un experto que le asesore en materia de procedimientos y legislación.

El ADR anteriormente mencionado establece nueve clases que van desde las materias y objetos explosivos a los gases y líquidos inflamables.

Otro importante reglamento a tener en cuenta es la Directiva Seveso.

Eureka: ¿Qué sectores gestionan normalmente este tipo de mercancías?

Rene: El sector más destacado, probablemente, sea el de la industria química, que incluye derivados químicos como pinturas y lubricantes. Otros ejemplos son las cadenas minoristas, la industria farmacéutica y las empresas alimentarias. Estas últimas usan ácido cítrico en multitud de procesos.

Eureka: ¿Trabaja Next Level Development con expertos al desarrollar estos almacenes especiales?

Rene: Sí, contamos con especialistas en nuestra propia empresa, pero, además, también trabajamos con consultores especializados, ya que la legislación siempre puede cambiar. En el proceso participan además los responsables de seguridad del cliente. Cabe reseñar que también involucramos a su personal de administración ya que las empresas que almacenan mercancías peligrosas necesitan conocer en todo momento la cantidad exacta de mercancía en inventario. Sus sistemas informáticos deben poder ofrecer esa información al instante.

La realidad es que los productos catalogados como mercancías peligrosas no deja de crecer, por lo que el número de empresas que deban enfrentarse a este asunto será cada vez mayor.

Eureka: Antes has mencionado que las dos categorías más básicas de adaptación de los almacenes solo requieren reformas relativamente menores. ¿Pueden llevarlas a cabo los propios clientes?

Rene: En principio, sí, siempre y cuando dispongan de los conocimientos y la experiencia. En la práctica, ayudamos con frecuencia a las empresas a llevar a cabo esos cambios. Se trata de un servicio que se ofrece caso por caso. Sin duda, observamos un número de empresas cada vez mayor que necesita adaptar sus almacenes.

Eureka: ¿Podrías repasar a qué normas y reglamentos deben atenerse las empresas?

Rene: Al igual que con la directiva PGS15 en Holanda, cada país tendrá su propia legislación. Desde una perspectiva europea, el ADR y la Directiva Seveso son, de nuevo, fundamentales.

Como la historia nos ha demostrado en innumerables ocasiones, es necesario que suceda un acontecimiento dramático para que la legislación mejore sustancialmente. El terrible accidente acontecido en la ciudad italiana de Seveso en 1976 impulsó la adopción de leyes para la prevención y el control de semejantes desastres. La denominada Directiva Seveso fue después modificada como resultado de las lecciones aprendidas en accidentes subsiguientes como los de Bhopal, Toulouse y Enschede (¡pirotecnia!), lo que dio lugar a la Directiva Seveso II.

Esta Directiva es de aplicación en más de 12.000 establecimientos industriales de la Unión Europea que usan o almacenan sustancias peligrosas en grandes cantidades. La mayor parte de ellos pertenecen al sector químico y petroquímico, así como a los sectores de venta mayorista y almacenamiento (GLP, GNL) de combustibles.

Habida cuenta del elevado grado de industrialización de la UE, la Directiva Seveso ha contribuido a reducir la frecuencia de los graves accidentes. Se considera todo un referente para la prevención de los accidentes industriales y ha sido usada como modelo para la legislación de muchos países del mundo.

Un dato interesante es que la directiva no solo pretende prevenir accidentes graves con sustancias peligrosas, sino que también proporciona directrices para limitar las consecuencias en caso de accidente, tanto sobre la salud humana como sobre el medioambiente.

Eureka: ¿Qué tendencias observas para este particular patrimonio inmobiliario logístico?

Rene: La realidad es que los productos catalogados como mercancías peligrosas no deja de crecer, por lo que el número de empresas que deban enfrentarse a este asunto será cada vez mayor. Se empieza por la separación de una parte del inventario, pero bien puede acabar convirtiéndose en una actividad completamente independiente para su plantilla.

Almacenar y transportar mercancías peligrosas no es tarea fácil. Tanto si se adapta una instalación existente como si se construye un vanguardista almacén ADR desde cero, es un asunto en continua evolución. El desarrollo constante de la legislación que los regula supone razón suficiente para contratar a su propio responsable de seguridad.