Productividad

La moderada mejora reparte dividendos

Por Ruari McCallion

Octubre 2019

Partiendo de datos se desarrolla más la eficiencia del rendimiento del almacén

La eficiencia general de los equipos (OEE, por sus siglas en inglés), es una técnica de medición esencial que no por estar más probada, contrastada y establecida resulta menos valiosa. Ruari McCallion reconsidera la OEE en el marco de la Industria 4.0.

Intentar pasar directamente de un almacén tradicional operado manualmente a uno completamente automatizado sería como intentar subirse a un tren en marcha que no para en nuestra estación. Antes siquiera de que puedan esbozarse claramente, y mucho menos ultimarse, los objetivos últimos de la transformación, deberán estar en marcha ya las técnicas y las tecnologías necesarias para mejorar la productividad.

«La medida de la eficiencia general en la gestión de la cadena de suministro se obtiene a partir de tres cálculos principales», afirma Adam Payne, director gerente de TCM UK Limited. Estos cálculos son: la eficiencia general de las compras (OPE), la eficiencia general de la logística (OLE) y la eficiencia general de los equipos (OEE).

Probablemente, los profesionales de la manipulación de materiales ya estén haciendo uso de las técnicas y las tecnologías que conforman la OEE, tanto si las identifican plenamente como tales como si no. Aquellas organizaciones que dispongan de un acuerdo de leasing completo de 360 grados (donde el servicio, el mantenimiento y la sustitución de las carretillas elevadoras está incluido en el coste total) ya contarán con equipos de monitorización instalados en sus vehículos.

Los sensores monitorizarán aspectos tales como los niveles y el rendimiento del lubricante; el rendimiento y el consumo energético; el estado físico, incluyendo desperfectos por colisiones; y, por supuesto, el estado y el rendimiento del líquido hidráulico. Esto no es solo para que la empresa que ofrece el servicio se pueda proteger ante los posibles abusos de clientes y carretilleros. Estos sensores también le permiten a usted obtener información para optimizar el rendimiento del lubricante, el líquido hidráulico, los motores y todas las operaciones independientemente del entorno en el que operen los vehículos.

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¿Existe margen de mejora?

La única forma de poder mejorar algo es saber qué está pasando. En lo que respecta a la eficiencia general de los equipos, existen fórmulas que conciernen a las operaciones logísticas y de las carretillas elevadoras (ver cuadro).

La OEE divide el rendimiento en tres elementos distintos: la disponibilidad, el rendimiento propiamente dicho y la calidad. Cada uno identifica un aspecto susceptible de mejora. Pueden aplicarse a una unidad en particular, como puede ser una carretilla en concreto, o a una flota de vehículos, y ampliarse para abarcar un almacén entero o toda la cadena de suministro. También permiten un análisis específico de ciertos turnos, tareas o cualesquiera otros varios parámetros. El rendimiento se compara con las expectativas (el objetivo) y las especificaciones. Cualquier estrategia de mejora estará basada en reducir el desajuste entre las expectativas y los resultados reales.

«Puedes usar la tecnología para monitorizar los movimientos, las cargas y demás aspectos que desees medir, y después presentarlos en el salpicadero del operario y subirlos a la nube para su análisis», explica Adam Payne. «No obstante, como sucede siempre, el verdadero valor añadido es la acción: el poder analizar y aplicar medidas correctivas para resolver un problema. Una empresa con la que trabajé estaba empezando a probar la monitorización automática de la carga en su flota; ello abre a los usuarios finales la posibilidad del pago por carga y su utilización».

Medir la tarea

La OEE identifica el porcentaje de tiempo que es verdaderamente productivo y proporciona información esencial sobre cómo mejorar los procesos de manera sistemática. Es poco probable que ningún proceso funcione al 100 % de OEE; un objetivo más realista es el 85 %. Pero el reto es conseguir cifras mejores.

Y para mejorar el rendimiento necesitamos datos. Como se ha mencionado, los sensores reúnen información sobre el rendimiento operativo y el estado de la maquinaria, incluyendo su desgaste. Un almacén completamente provisto de equipos de monitorización y detección de la internet de las cosas (IdC) podrá considerarse una verdadera unidad de la Cuarta Revolución Industrial (también conocida como Industria 4.0), pero, siendo realistas, nos queda aún mucho camino por recorrer.

«Mi opinión, cuando analizamos algunos negocios, es que no estamos, ni mucho menos, cerca de la Industria 4.0; estamos más bien en la Industria 1.5. La OEE es una medida absolutamente fantástica y necesita ser entendida por el personal de primera línea: quienes hacen el trabajo. Para eso podemos empezar con papel y lápiz, pidiéndole al equipo que piense en lo que han visto y comprendiendo los problemas y las soluciones, que es exactamente lo que usted quiere: que la gente piense por sí misma. La mejora viene desde donde se está haciendo realmente el trabajo. Una vez que ya se tiene eso bien asimilado y se desean obtener resultados, no hay más que llevar ese paso de entrada manual de datos a una app, automatizar el análisis de datos y mostrarlos en un panel para analizarlos y actuar».

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No se enamore de la tecnología

Toda inversión en tecnología debe abordar un desafío o un problema que el negocio necesite resolver. Ninguna tecnología será la panacea, por muy espectacular que sea la caja en que se entregue. Lo primero de todo será el caso del negocio en sí, que deberá entenderse bien.

Además de resultar una herramienta tremendamente útil por sí misma, la OEE es la base y la plataforma de lanzamiento hacia la Cuarta Revolución Industrial.

«Los datos te harán libre. Ese impulso por lograr la satisfacción del cliente y la mejora continua, intentando ser cada vez mejores, esa ventaja competitiva y el hambre por ser los mejores, por poseer la mentalidad de crecimiento, se ve alimentado por la OEE».

¿Y qué pasa con el factor humano? Son dos los aspectos clave en este sentido: en primer lugar, está el papel que desempeñarán los seres humanos en los almacenes del futuro; en segundo lugar, está la amenaza potencial percibida y, de hecho, real, sobre los puestos de trabajo.

La experiencia que los seres humanos tienen en sus empleos es lo suficientemente valiosa como para que diversas organizaciones hayan dicho que las personas son el mejor activo de la empresa, y hay mucho de verdad en ello. El conocimiento y la experiencia acumulados por los operarios e ingenieros son muy valiosos, pero no siempre fiables. Buena parte se basan en «sensaciones». La mayoría de empresas cuentan con ese tipo de expertos capataces que «simplemente saben» cuándo está a punto de fallar una máquina. Sus conocimientos deberían valorarse y recopilarse en la medida de lo posible, pero una recogida desapasionada de datos reales de los propios equipos es la base más fiable sobre la que trabajar.

Adam Payne observa que la Industria 4.0 podría acabar trayéndonos el «almacenaje a oscuras». Quizá ya lo tengamos, aunque siempre hay un pero.

«Si algo puede salir mal, saldrá mal. A no ser que el almacén esté operado con inteligencia artificial y robots que se puedan verdaderamente mantener, yo creo que siempre tendremos algún tipo de factor humano, especialmente en lo que se refiere a resolver problemas para que el trabajo salga adelante».

Como sucedió con las anteriores revoluciones industriales, algunos empleos desaparecerán, y se crearán otros nuevos. A la hora de gestionar de manera eficaz los sistemas ciberfísicos que llegarán con la Cuarta Revolución Industrial, los empleos serán distintos y el conjunto de habilidades requerido será muy alto. Los seres humanos todavía no están de más.

No daremos un salto directo desde donde estamos hoy hasta ahí. Debemos ir paso a paso; la OEE y una medición y monitorización eficaces son el mejor camino para alcanzar con seguridad ese objetivo.

¿En qué consiste la eficiencia general de la logística (OLE)?

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Asumiendo, por ejemplo, un ciclo de 15 minutos; un turno de 480 minutos (menos 40 minutos de NPP); 20 minutos de averías (paradas no programadas); 30 minutos de tiempo de espera; y 24 cargas completadas pero con dos productos dañados durante la carga, el valor OLE sería:

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El valor OLE obtenido sería por tanto: 92 % x 92 % = 85 %

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