Manipulación de materiales

Por qué es importante invertir en las personas

Por Gian Schiava

Octubre 2019

Forme al personal del almacén para maximizar la ventaja competitiva de su empresa

La importancia del almacén ya no reside exclusivamente en su capacidad para albergar artículos y permitir las economías de escala en la producción. Hoy se ha convertido en un centro de distribución con objetivos tales como cumplir con los indicadores clave de rendimiento, interactuar más estrechamente con otros departamentos e incluso gestionar las peticiones de los clientes. Las empresas han invertido en herramientas y equipos de vanguardia, pero ¿cómo se aseguran de que su plantilla pueda estar al día de tantos cambios? Como revela Gian Schiava, garantizar la máxima producción requiere mucho más que un curso para conducir carretillas.

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Adaptarse a las complejidades del presente

Muy bien, los almacenes se han convertido en centros de distribución. Pero ¿qué cambia con ello? Estas son solo algunas de las diferencias:

El almacén se usa para almacenar productos, mientras que el centro de distribución, además de eso, ofrece servicios de valor añadido como mezclado de productos, despacho de pedidos, cross-docking o envasado.

A diferencia del almacén, el centro de distribución alberga los productos durante periodos de tiempo relativamente cortos. Ello conlleva que el flujo de mercancías sea un mucho más rápido en un centro de distribución que en un almacén.

El centro de distribución está orientado a los clientes, actuando como intermediario entre el proveedor y estos. Mientras que el almacén se centra en almacenar los productos de manera eficiente, el papel de los centros de distribución es satisfacer las demandas de los clientes con eficacia.

Las operaciones del centro de distribución son mucho más complejas que las del almacén. En consecuencia, los centros de distribución están equipados con las últimas tecnologías para procesar pedidos, gestionar el almacenaje, gestionar el transporte, etc.

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Un paso adelante para adaptarse a las nuevas necesidades

Esta creciente complejidad de las tareas también implica nuevos requisitos a la hora de seleccionar a los empleados. La empresa que los contrata no busca simplemente mano de obra barata, sino habilidades y experiencia que contribuyan a alcanzar sus objetivos.

Ello empieza por los carretilleros. Desde hace décadas existen cursos básicos de conducción, y las empresas requieren normalmente que el candidato posea algún tipo de certificado. Los cursos avanzados o de refresco son una incorporación más reciente, y permiten familiarizarse con los tipos de controles más modernos.

Otra cuestión es que las carretillas contrapesadas y las carretillas de almacén están modernizándose con todo tipo de elementos avanzados: desde escáneres a dispositivos de realidad aumentada, pasando por sistemas de control por voz. Los carretilleros deben aprender su operativa. Los avances experimentados en los métodos pedagógicos hacen más interesante y variado el proceso de aprendizaje.

El proveedor de servicios logísticos DB Schenker, por ejemplo, planea realizar ensayos en su centro de distribución de Tilburg para impartir formación usando un dispositivo de realidad virtual (RV) proporcionado por la empresa alemana Fraunhofer. El sistema simula los procesos típicos de almacenamiento y recogida. El prototipo recrea el sistema de control de una carretilla elevadora y está conectado a unas gafas de RV. La combinación de conducción y visión simultánea en 360 grados a través de las gafas simula con precisión la situación dentro del almacén.

La empresa considera este prototipo como una herramienta adicional para reducir el tiempo de formación necesario, brindando además a los nuevos operarios la oportunidad de formarse en el propio entorno donde realizarán su trabajo. La simulación incorpora todos los elementos formativos en materia de seguridad y sanidad (un tema completo por sí mismo): por ejemplo, el sistema no funcionará si no se lleva puesto el cinturón de seguridad.

Se están desarrollando cursos de formación especiales que enseñan al personal de logística a estar preparado para la creciente digitalización. Al fin y al cabo, la tecnología está alterando el entorno de trabajo muy rápidamente y los empleados tendrán que saber convivir con avances tales como los vehículos autónomos, los robots o los sistemas de clasificación de alta tecnología.

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Mejorar las habilidades de los gerentes

No solo el personal de planta debe ampliar su conjunto de habilidades. Los gerentes también han de cumplir con estándares mucho más exigentes, especialmente en vista del impacto que el rendimiento global tiene sobre la cuenta de resultados y la satisfacción del cliente. Un estudio sobre el papel de los gerentes de almacén llevado a cabo por cuatro universidades estadounidenses demuestra que su trabajo requiere una lista de competencias mucho mayor que en cualquier otro ámbito de la logística.

Su principal cometido es el adecuado despliegue de recursos humanos y operaciones para lograr unos resultados óptimos. Sin embargo, los gerentes del almacén moderno también tienen que interactuar mucho más con otros departamentos y empresas situados antes y después dentro de la cadena de suministro. Su lista de competencias incluye, como sería de esperar, habilidades de comunicación, toma de decisiones, elaboración de presupuestos, conocimientos de almacén y familiaridad con el control de inventarios, pero también otras competencias como preparación de presentaciones y conocimientos de compras.

El estudio revela además que, lamentablemente, muchos gerentes adquieren la mayor parte de sus conocimientos en el desempeño de su trabajo, y no mediante la formación. Dada la creciente importancia del papel que tiene el gerente de almacén, los investigadores recomiendan programas prácticos de formación estructurados y continuos para todos los empleados. Estos programas, además de los cursos convencionales de operaciones, deberían incluir, al menos, actividades para el desarrollo de sus habilidades interpersonales y de sus capacidades de comunicación y supervisión.

La academia holandesa Logistiek apunta aún más alto. Con el fin de convertirse en miembros verdaderamente estratégicos del equipo directivo, los gerentes logísticos y de almacén deben incorporar a su lista de habilidades conocimientos profundos sobre varias materias. Gestión de la cadena de suministro (incluyendo sostenibilidad y digitalización), macrodatos, gestión lean, planificación y previsión, compras e incluso finanzas de la cadena de suministro serían algunas de ellas. La lista impresiona.

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Salvemos las joyas de la corona

Invertir en personas bien formadas vale la pena. Además de un mejor rendimiento, las empresas pueden esperar mayor motivación y empleados más felices. Sin embargo, otras empresas podrían optar por la vía rápida y tratar de tentar a esos empleados en los que usted ha invertido tantos esfuerzos para su mejora. Desarrollar y poner en marcha programas bien definidos para la retención del personal es, por tanto, otra de las tareas fundamentales del gerente de almacén.

Además de comunicarse bien, ofrecer salarios dignos y crear un entorno de trabajo saludable y placentero, son necesarias medidas adicionales para mantener en la empresa a los mejores empleados. Los programas de desarrollo profesional, los planes de incentivos, los eventos sociales o incluso un pequeño obsequio de vez en cuando son algunas de las prácticas recomendadas en ese sentido.

Se mire como se mire, retener a los empleados actuales exige invertir recursos y dinero, pero sigue siendo una política mucho más rentable que contratar personal completamente nuevo. Los pedidos seguirán llegando y tendrán que despacharse, probablemente en el mismo día. Las empresas necesitarán que su gente rinda bien en todo momento para aprovechar al máximo las nuevas herramientas y los equipos de manipulación de materiales más vanguardistas. Por mucho que avance la tecnología, seguiremos necesitando la potencia de la mente humana para llevar el trabajo a buen puerto.

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