Hágase la luz

Consiga que sus operarios tengan una mejor iluminación

Renovar la iluminación de su almacén o su fábrica no solo conlleva un ahorro de energía y de costes de mantenimiento. También supone un mayor bienestar y efectividad de sus trabajadores. Mark Nicholson examina las posibles ventajas y cómo aprovecharlas al máximo.

Una de las razones básicas por las que la iluminación de un espacio de trabajo deba ser la adecuada es para evitar los obstáculos. Por eso también es necesaria una buena distribución de la luz, de manera que cuando nos movamos de una zona a otra no haya cambios bruscos de luz.

Para trabajar de manera eficaz, los trabajadores tienen que ver claramente los objetos y, si es necesario, distinguir los colores. Deben evitar cualquier deslumbramiento directo o reflejo, así como la incomodidad de las luces intermitentes.

Todos estos factores pueden causar fácilmente problemas como vista cansada, jaquecas, migrañas, además del conocido como Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), cuyos síntomas son fatiga, irritabilidad y falta de concentración, entre otros. Por eso, mejorar la calidad de la iluminación supondrá, como mínimo, un mayor bienestar y comodidad para sus trabajadores. En el mejor de los casos, reducirá el absentismo laboral e incrementará la productividad.

Compare las ventajas

Hoy en día, mejorar la iluminación de almacenes y fábricas supone casi siempre cambiar de luz HID (diodo de alta intensidad) o sistemas fluorescentes a LED (diodo emisor de luz). Cada uno de estos sistemas tiene sus ventajas e inconvenientes, y han de tenerse en cuenta antes de su compra. No obstante, la luz LED tiende a ser más eficiente energéticamente y a prolongar la vida útil. Aunque la inversión inicial de la iluminaria LED es mayor, su precio se amortiza normalmente en pocos años, ya que las facturas de la luz son más baratas.

Además, los trabajadores respetuosos con el medio ambiente sabrán que la iluminación LED tiene una menor emisión de carbono. Así mismo, el hecho de que tengan una mayor durabilidad y resistencia hace que haya menor cantidad de residuos y de sustancias altamente tóxicas cuando las desechamos. Otra de sus ventajas es su bajo nivel de radiación ultravioleta.

Algunos investigadores han señalado los beneficios para la salud que conlleva el uso de iluminación LED, como, por ejemplo, una disminución de jaquecas, un mayor rendimiento y productividad, menos estrés y ansiedad, e incluso una regulación en los ciclos sueño-vigilia.   No obstante, como todo, también tiene sus aspectos negativos. En definitiva, parece que el sistema LED cuenta con una gran calidad, con los últimos avances y con la correcta configuración, lo que confiere un efecto positivo.

Compruebe que se adapte a sus necesidades

Para conseguir un óptimo resultado, todo su sistema de iluminación anterior debe ser sustituido completamente. Sin embargo, si considera que el presupuesto es muy elevado, está la opción de adaptar lámparas LED a los dispositivos de iluminación que ya tiene. Pueden darse algunas complicaciones, como la incompatibilidad con los sistemas de disminución de luz, además de otros efectos no deseados causados por los antiguos reflectores de iluminación. Para una correcta instalación de la iluminación LED se requiere un conocimiento especializado, por lo que asegúrese de que su distribuidor tenga las aptitudes necesarias.

Preste atención a los productos LED importados provenientes de Asia y opte por productos de buena calidad. La temperatura de color de las luces blancas oscila desde el amarillo (cálido) al azul (frío), por lo que su proveedor le aconsejará sobre qué luz es las que más se adapta a sus necesidades. La iluminación también debe ser específica para el nivel de luminosidad correcto, desde el techo hasta el suelo, y su posición debe evitar cualquier deslumbramiento directo o reflejo. También debe tener en cuenta si su local suele estar a temperaturas por encima de 25°C.

Las luces LED se encienden y apagan al instante, no necesitan un tiempo para entrar en calor ni necesitan enfriarse para poder encenderse de nuevo tras haberse apagado. Esto las hace perfectas para su uso con los detectores de movimiento y los reguladores de intensidad (conectados a sensores de luz). Se recomienda la instalación de ambos para un ahorro de energía máximo.

Elija su distribuidor a conciencia

Al igual que al resto de sus proveedores, elija a conciencia el distribuidor para su iluminación. La creciente popularidad de los sistemas LED ha generado la aparición de nuevos negocios en los últimos años, algunos mejores que otros. Examine por Internet diferentes empresas y valore la opinión de los clientes. Intente contactar con clientes que hayan recibido servicio de alguna empresa en concreto.  Busque empresas consolidadas económicamente, ya que la gran competitividad de este mercado puede hacer desaparecer a algunas rápidamente.

Un buen distribuidor debe ofrecer una amplia gama de iluminación de alta calidad y debe aconsejar desde un punto vista objetivo qué productos se ajustan más a sus necesidades. Debe ser un experto en sistemas de instalación y saber cómo evitar problemas como los mencionados anteriormente. Una vez encuentre el distribuidor que más le convenga, le deben presentar una propuesta de proyecto (presupuesto) con el rendimiento de la inversión calculado. También le deben informar sobre cualquier financiación del gobierno o beneficios fiscales destinados a iluminación sostenible.

En última instancia, compruebe el período de garantía y que cubra el servicio técnico in
situ. Normalmente la garantía suele ser de 5 años. Si es menor, preste atención a las condiciones, exclusiones y costes que supondría poner una reclamación.