Tata Steel IJmuiden

Grandes expectativas en la ciudad del acero

Las carretillas elevadoras operan en toda clase de entornos. En operaciones en las que descargan tan solo dos camiones a la semana, como imaginarán, duran décadas. Pero ¿cómo operan en entornos extremos donde la demanda es alta?

Gian Schiava visita las exigentes instalaciones de Tata Steel en los Países Bajos y nos lo cuenta.

Su redactor de eureka ha sido vecino de esta compañía global de acero sin ni siquiera conocerla bien. En los Países Bajos quizás sea más conocida por su antiguo nombre “los Hoogovens” y todo el mundo en esta región conoce a alguien que trabaja allí. Se nos pidió que echáramos un vistazo más detallado a sus instalaciones de IJmuiden, cerca de Ámsterdam, en los Países Bajos, y que aprendiéramos más sobre sus operaciones de manipulación de materiales.

Una ciudad de acero

Tata Steel en IJmuiden ha resultado ser una instalación de producción de acero enorme. Más grande que un pueblo pequeño, se extiende por 3000m2 y tiene sus propias carreteras y puertos, que están directamente conectados con el mar del Norte. Las instalaciones son parte del Tata Steel Group y se dedican a la producción, procesado y distribución de productos de acero. Cada año, Tata Steel IJmuiden procesa aproximadamente 4,5 millones de toneladas de carbón y 9 millones de toneladas de mena. A través de su puerto marítimo se distribuyen 2,5 millones de toneladas de acero de calidad a sus clientes de todo el mundo, mientras que 1,5 millones de toneladas salen a través del mar del Norte a destinos europeos. Otros 2,9 millones de toneladas adicionales de acero de alta calidad se transportan por carretera y ferrocarril a clientes de todo el mundo. Estos números marean, pero es cuando se visitan las instalaciones cuando la dimensión y alcance de esta impresionante actividad realmente se visualiza.

“Cada año, Tata Steel IJmuiden procesa aproximadamente 4,5 millones de toneladas de carbón y 9 millones de toneladas de mena.”

Embalar acero

Nuestra primera reunión es con Ed van Heese, jefe de mantenimiento del transporte y embalaje en bobina en el departamento de negocios de Steel Packaging. Ed mantiene una larga relación laboral con Crepa, el distribuidor de carretillas elevadoras Cat® en los Países Bajos. Nos explica los orígenes de esta relación: “Hace muchísimos años, Crepa era una empresa diferente, pero ya entonces entendían el negocio de las carretillas elevadoras como algo más que vender maquinaria. Nuestra compañía era, desde su punto de vista, un cliente con necesidades exigentes. Pero hoy podemos decir sin temor a equivocarnos que aprendieron de nuestra filosofía de mantenimiento avanzada mientras nosotros nos beneficiamos de su conocimiento específico de la maquinaria. Y en una relación abierta, crecimos juntos”.

“Hace muchísimos años, Crepa era una empresa diferente, pero ya entonces entendían el negocio de las carretillas elevadoras como algo más que vender maquinaria. Nuestra compañía era, desde su punto de vista, un cliente con necesidades exigentes. Pero hoy podemos decir sin temor a equivocarnos que aprendieron de nuestra filosofía de mantenimiento avanzada mientras nosotros nos beneficiamos de su conocimiento específico de la maquinaria. Y en una relación abierta, crecimos juntos”.

Ed nos lleva a una visita rápida por el área de producción. Vemos cómo se procesa el acero en bruto hasta convertirse en un producto final muchísimo más fino antes de ser tratado con cromo o estaño, según la aplicación. El resultado final se entrega en muy distintos grosores y se utiliza en las industrias automovilística, alimentaria y otras. Ed continúa: “La principal diferencia respecto a otras compañías es que trabajamos 24/7. Y esto requiere una exigencia alta de las carretillas pues pueden estar continuamente en uso. Se utilizan en varios pasos del proceso de producción, y eso significa que no podemos permitirnos carretillas inactivas. Crepa tiene ingenieros permanentemente en nuestras instalaciones que se encargan del mantenimiento programado”.

“Hace muchísimos años, Crepa era una empresa diferente, pero ya entonces entendían el negocio de las carretillas elevadoras como algo más que vender maquinaria. Nuestra compañía era, desde su punto de vista, un cliente con necesidades exigentes.”

Paseando con Ed en su coche de golf, uno empieza a entender el papel de las carretillas. Un inmenso número de bobinas de acero esperan para ser embarcadas, y los productos se transportan de un sitio a otro. La flota de Tata Steel es variada. Toda la maquinaria hasta 7 toneladas es eléctrica y se escogió por su bajo nivel de emisiones. Tata utiliza maquinaria de combustión interna hasta 40 toneladas, pero esos gigantes operan al aire libre y, sencillamente, no existen alternativas eléctricas para estas máquinas. La flota de producción, que trabaja 24/7, está formada principalmente por Cat® EP50N, una carretilla elegida junto con el departamento general de Gestión de vehículos y transporte de Tata Steel. “La seguridad es nuestro principal interés en Tata Steel —dice Ed—. Nosotros respiramos seguridad. Nuestros estándares son altos y esperamos la misma dedicación de nuestros proveedores en nuestras instalaciones”.

“La principal diferencia respecto a otras compañías es que trabajamos 24/7. Y esto requiere una exigencia alta de las carretillas pues pueden estar continuamente en uso.”

La perspectiva general

Sin embargo, Ed mencionó que la elección de carretilla también se hizo sin consultar a los conductores, y esto despertó nuestra curiosidad. Nos sentamos con Ronald Jansen, jefe de flota, y su equipo. Resulta que Tata tiene un equipo de seis personas gestionando los contratos de los vehículos. Tres de ellos se dedican a los contratos de más de 300 vehículos industriales, entre los que se encuentran las carretillas. Ronald explica sus objetivos. “Nosotros tratamos cada unidad de negocio como un cliente interno y hacemos lo que está en nuestras manos para equilibrar necesidades específicas con compras eficientes. Nuestra visión general de lo que sucede aquí y nuestro conocimiento de los vehículos nos ha proporcionado tal experiencia que sacamos lo mejor de cada euro invertido. En realidad, no se trata solo de encontrar la solución exacta, pero también de encontrarla en el momento adecuado. Por supuesto, nos gusta especialmente ver las cosas desde la perspectiva del coste total de la propiedad. Esto quiere decir que no solo nos fijamos en el rendimiento de la máquina, sino también en cómo cumple nuestros elevados estándares de seguridad y manejabilidad. En el caso de las carretillas elevadoras Cat®, queríamos cosas como pilotos constantemente encendidos, asientos especiales y velocidades de inclinación y elevación más lentas. Pero siempre empezamos con un buen producto estándar, ya que los cambios pueden ser costosos y reducen la flexibilidad”.

Ronald continua: “Nuestra perspectiva general también nos permite ver dónde hay picos y valles en la demanda de vehículos. Podemos intermediar entre nuestras unidades de negocio y prestarnos vehículos. De esta manera, podemos ser muy eficientes y claramente añadir valor a nuestro servicio”.

Siéntase como en casa

Nuestra visita no sería completa sin una charla con la gente de Crepa. En total hay cuatro trabajadores en las instalaciones de Tata; tres ingenieros y un especialista en baterías. Ellos hacen el mantenimiento no sólo de la maquinaria Cat®, también del resto de carretillas y vehículos que aquí se utilizan. El trabajo requiere una planificación de mantenimiento excelente, pero también una buena visión general del consumo de recambios y de cuándo se necesitan. Además de este equipo, también cuentan con un jefe de cuentas dedicado a Tata Steel, que asiste a cada reunión de trabajo. Tata Steel espera mucho de sus proveedores en términos de ideas avanzadas y anticipación de posibles problemas. Jan Duursma, primer ingeniero de zona de Crepa, dice: “Tata Steel prioriza la continuidad de su proceso de producción de acero y espera que nosotros contribuyamos a eso. Nos encanta esta industria y su constante desafío por la variedad de máquinas que hemos de mantener operativas.”

Una despedida rápida y conduzco alejándome de IJmuiden. Hoy hemos visto un proceso de producción en el que la profesionalidad, la planificación anticipada y la dedicación son vitales para que todo vaya sobre ruedas.