Manipulación de materiales

Por Gian Schiava

Octubre 2025

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Unidos contra el frío: ¿cómo sobreviven carretillas elevadoras y humanos a temperaturas bajo cero?

Guía para lograr la máxima eficiencia y productividad en el almacenamiento en frío

Los almacenes refrigerados y congelados se encuentran entre los entornos más difíciles para la manipulación de materiales. Gian Schiava destaca los principales desafíos para las personas y las máquinas, y propone soluciones prácticas.

(Resumen)

Los almacenes frigoríficos, esenciales para las cadenas de suministro alimentario, farmacéutico y químico, demandan la máxima productividad a bajas temperaturas, a menudo de hasta –30 °C. Pero esto tiene un precio: la energía necesaria para mantener tales condiciones extremas es enorme, y cada apertura adicional de la puerta de un congelador o cada minuto extra de inactividad tiene un impacto en la factura. Además de la energía, los equipos especializados, los sistemas de almacenamiento de alta densidad, la ropa protectora y los mayores costes de mantenimiento hacen que la logística en estas instalaciones resulte considerablemente más cara que en circunstancias convencionales.

Estos elevados costes operativos obligan a las empresas a explotar los almacenes frigoríficos de la manera más eficiente posible. Los equipos deben ofrecer fiabilidad, el tiempo de inactividad debe reducirse al mínimo y el personal debe mantener su productividad a pesar de las condiciones del entorno.

Carretillas elevadoras en el congelador: a la medida de la aplicación

Las carretillas elevadoras, que son la columna vertebral de las operaciones en los almacenes frigoríficos, se enfrentan a desafíos muy numerosos y específicos en este entorno. Dentro de ellos, debemos vigilar principalmente la capacidad de la batería (tanto la capacidad de carga como la capacidad neta para el consumo). Las bajas temperaturas reducen su eficiencia en los vehículos eléctricos. Además, pueden ralentizar los fluidos hidráulicos y ejercer una presión adicional sobre los componentes.

Luego tenemos el estado del suelo, que puede tornarse muy resbaladizo al pasar del almacén frigorífico a las zonas a temperatura ambiente, con la condensación complicando las cosas. Esta condensación es una amenaza muy real, ya que la humedad puede congelarse sobre sensores y conexiones eléctricas y provocar fallos. Otro problema es la falta de visibilidad: los parabrisas tienden a empañarse o formar escarcha rápidamente.

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Un entorno frío e inhóspito tanto para las
personas como para las carretillas elevadoras.
En la imagen, una estantería móvil para palés
en un almacén congelador. Imagen: Dexion

Adaptaciones mecánicas y estructurales

Para soportar estas exigencias, las carretillas elevadoras para almacenes frigoríficos se diseñan y fabrican con modificaciones específicas. Por ejemplo, una carretilla retráctil adaptada para temperaturas de –35 °C suele incluir ejes de acero inoxidable, asientos y reposabrazos recubiertos de PVC resistente al agrietamiento y fluidos hidráulicos especiales para bajas temperaturas. Para reducir el tiempo de servicio se incorporan boquillas de engrase adicionales, y ruedas de tracción como las Tractothan® 93° shore o Super Grip 94° shore ofrecen tracción óptima sobre superficies heladas o mixtas. La protección contra el óxido es esencial: las superficies sin pintar, las cabezas de los tornillos, los pernos de motor y caja de cambios, y los accesorios del mástil se tratan a menudo con recubrimientos protectores como Tectyl.

Protección eléctrica y electrónica

Los componentes electrónicos también son vulnerables en operaciones bajo cero. La penetración de la humedad puede congelar y dañar conexiones, mientras que los cambios bruscos de temperatura causan condensación. Para combatir estos problemas, las carretillas modernas para almacenes frigoríficos están equipadas con mazos de cables herméticos, conectores rellenos de Cryotox y controladores y pantallas calefactados. Estas medidas reducen los fallos, prolongan la vida de los componentes y aseguran que sistemas críticos como sensores y pantallas sigan funcionando con fiabilidad incluso durante largos turnos dentro del congelador.

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La cabina de la carretilla retráctil Cat® para
almacenes frigoríficos brinda un cómodo
entorno de trabajo que potencia la productividad
y la seguridad..

Manejo de las baterías

La eficiencia de las baterías puede reducirse considerablemente en condiciones frías si no se toman precauciones tales como instalar mantas térmicas, ventiladores y aislamiento. En el entorno de los almacenes frigoríficos, hay que evitar que los vehículos cambien muy frecuentemente entre zonas con diferentes temperaturas. Por ejemplo, si una carretilla del almacén frigorífico se mueve a un espacio a temperatura ambiente y permanece en él más de unos minutos, se acumulará condensación que podría causar problemas en los sistemas eléctricos.

De hecho, en lugar de sacar el vehículo del congelador para cargarlo, es la batería la que se lleva al vehículo. Si el vehículo debe salir, tendrá que permanecer fuera el tiempo necesario para secarse completamente antes de volver a entrar. El principio general es la consistencia: evite que la temperatura de la carretilla oscile continuamente por encima y por debajo de 0 °C, ya que se aceleraría la corrosión y se acortaría su vida útil.

Una cabina de lujo no es un lujo

Las modificaciones en la cabina del operario no son solo por comodidad: se trata de adaptaciones técnicas por derecho propio. Una cabina mal climatizada o mal diseñada puede comprometer la seguridad y la eficiencia. Las cabinas de alta calidad para almacenes frigoríficos, como las de las carretillas retráctiles fabricadas por Cat® Lift Trucks, están equipadas con:

  • Climatización automática ajustable de 18 °C a 28 °C, con función «HI» para un calentamiento rápido al inicio del turno.
  • Catorce salidas de ventilación para garantizar una distribución uniforme del calor.
  • Controles continuos de entrada de aire fresco y recirculación para evitar el empañamiento y mantener los niveles de oxígeno.
  • Amplias ventanas y espejos integrados para ofrecer una excelente visibilidad.
  • Diseño interior sin superficies frías en las zonas de contacto con el operario para reducir la fatiga y la incomodidad.

Gracias a estas características, los conductores pueden trabajar cómodamente con ropa normal sin tener que llevar voluminosas prendas especiales para el frío, salvo que tengan que salir del vehículo, claro. La cabina sirve tanto para aumentar la productividad como para mejorar la seguridad.

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Las grandes ventanas y el eficaz sistema de
desempañado y desescarchado garantizan
una visión nítida.

Cómo mantener la productividad del personal del almacén en condiciones bajo cero

Como se ha mencionado anteriormente, a las carretillas elevadoras no les sienta bien cambiar con frecuencia entre zonas a varias temperaturas. Las personas, sin embargo, prefieren volver al calor de vez en cuando. Mientras permanecen en el frío, los operarios necesitan ropa protectora y aislante. En ocasiones, las chaquetas gruesas, los guantes, las botas y los gorros necesarios para temperaturas bajo cero pueden ser un obstáculo para el manejo eficiente del vehículo. El movimiento se ve restringido, lo que causa más fatiga o estrés.

Gestionar la exposición es, por tanto, fundamental. Incluso con prendas protectoras, una exposición prolongada al aire helado puede causar estrés térmico, hipotermia y diversas molestias. Muchas organizaciones dividen los turnos en intervalos más cortos, lo que permite a los trabajadores entrar en calor regularmente en espacios con calefacción.

La asociación neerlandesa de almacenamiento en frío Nekovri ofrece una orientación clara:

  • Entre –10 °C y –20 °C: Máximo de 2 h de trabajo, seguido de 30 min a temperatura ambiente.
  • Por debajo de –20 °C: Máximo de 45 min de trabajo, seguido de, al menos, 10 min de calentamiento.
  • No más de 4 h diarias a temperaturas por debajo de 10 °C

Obviamente, estas son las normas en los Países Bajos; los reglamentos y las normas pueden variar de un país a otro. Además de estas medidas, también es obligatorio llevar bebidas calientes, ropa seca de repuesto y equipo de protección adecuado. Para esto último, los responsables de logística pueden consultar a sus proveedores de ropa cómo cumplen sus productos la norma europea EN 342:2017, que define los requisitos y los métodos de ensayo para las prendas destinadas a proteger al usuario en entornos fríos. La norma evalúa tres criterios de rendimiento: aislamiento térmico (Icler), permeabilidad al aire (AP) para la resistencia al viento y resistencia a la penetración del agua (WP).

Los intervalos de tiempo anteriormente mencionados tienen como objetivo proteger la salud y mantener la concentración del personal, que disminuye rápidamente con el frío extremo. Algunas empresas van más allá con programas de monitorización de la salud o dispositivos portátiles que registran el cansancio y la exposición. La formación también es fundamental: los operarios deben ser capaces de reconocer las afecciones relacionadas con el frío, adaptar su estilo de conducción a los suelos resbaladizos y gestionar la respuesta de las carretillas elevadoras en entornos bajo cero.

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La cabina cerrada de la carretilla contrapesada eléctrica Cat de 2,5 toneladas ofrece la máxima comodidad.

El equilibrio perfecto entre equipos y personas

Para los jefes de logística, el desafío es claro: la manipulación de materiales en instalaciones de almacenamiento en frío es costosa y compleja, pero, si se logra un equilibrio adecuado entre la inversión en equipos y en personal, también puede hacerse de forma segura y eficiente. En un sector donde mantener la cadena de frío a toda costa resulta esencial, ese equilibrio no es un lujo, sino una necesidad.

Resumen

Este artículo aborda las complejidades y los costes de la manipulación de materiales en entornos con almacenes frigoríficos. Sus recomendaciones tienen como objetivo reducir el elevado consumo energético requerido, optimizar el estado de los equipos, incluidas las carretillas elevadoras, y mejorar las condiciones de los empleados. Establece estrategias básicas para maximizar la eficiencia y proteger los activos mecánicos y humanos. Los principales aspectos que abarca son:

  • Cómo pueden modificarse las carretillas elevadoras para hacer frente a esas condiciones.
  • Qué prácticas reducirán al mínimo el impacto sobre los equipos.
  • Por qué una cabina de lujo no es un lujo, y qué debería ofrecer.
  • Qué medidas deberían tomarse para preservar el bienestar y la productividad de los empleados.
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