Salud y seguridad

Uso seguro de las carretillas elevadoras en el sector de la construcción

Uso seguro de las carretillas elevadoras en el sector de la construcción

Rutas de acceso repletas de surcos embarrados y obreros atravesándolos continuamente son solo algunos de los desafíos a los que se enfrentan los operarios de las carretillas elevadoras en una obra. ¿Cómo puede el profesional de la seguridad y la salud reducir los riesgos y mejorar la seguridad?
Gay Sutton nos informa.

El sector de la construcción representa uno de los entornos más peligrosos en los que trabajar, y los conductores de carretillas elevadoras se ven, a menudo, sometidos a una enorme presión. Puede llegar a parecer que su único propósito en la vida sea mantener funcionando los demás gremios. Quizá los albañiles necesiten una remesa de mortero por aquí, o quizá los instaladores de cañerías pidan más tuberías por allá.

Adicionalmente, el entorno de la obra presenta para el profesional de la seguridad y la salud una serie de desafíos únicos en lo referido a la manipulación de materiales. A medida que la construcción avanza, el destino de los materiales cambia continuamente, la obra es vulnerable al viento, a la lluvia y al barro, y los obreros se desplazan constantemente de un lado a otro; además, muchos de ellos no trabajan para el contratista principal.

La clave es una buena planificación

La planificación de la seguridad en la manipulación de materiales comienza en el instante en que se concibe el proyecto. Una forma efectiva de desarrollarla, según Paul Haxell, presidente del Grupo de Construcción de la IOSH (Institution of Occupational Safety and Health), es representar el programa de construcción, etapa por etapa, en una serie de esquemas de colores que indiquen las zonas con actividad

De este modo pueden identificarse las zonas más adecuadas para el almacenamiento de materiales en cada etapa de la construcción. Haxell afirma: «Estas ayudas visuales permiten ver cómo empiezan a surgir las rutas de tráfico entre las zonas de trabajo y las zonas de almacenamiento de materiales, y cómo pueden estas evolucionar a lo largo del tiempo».
«Yo lo comparo con un modelo de negocio: primero desarrollas el plan estratégico y después vas aumentando el nivel de detalle con un plan táctico para la gestión del tráfico y
la entrega y manipulación de los materiales», prosigue Haxell. La destacada constructora Skanska usa en todos sus proyectos una técnica denominada planificación colaborativa, y uno de sus elementos clave es la logística.

Una vez desarrollado el programa de construcción, el contratista y los equipos de la cadena de suministro de todo el proyecto se reúnen para coordinar el plan. Inicialmente, esto implica analizarlo durante un periodo de 8 a 12 semanas, para después definirlo en mayor detalle a intervalos mensuales, semanales y diarios. El resultado de este trabajo se revisa o actualiza con frecuencia.

 

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Paul Haxell, Presidente del Grupo de Construcción del IOSH (Instituto británico de salud y seguridad laborales).

«La salud y la seguridad son responsabilidad de todos».

«El objetivo, desde el punto de vista logístico, es garantizar que todos los gremios puedan trabajar de forma eficaz sin pisarse unos a otros y que se puedan desplazar por el lugar de trabajo con seguridad», explica el gerente sénior de seguridad y salud de Skanska, Nick Wing. «También permite coordinar dónde se almacenarán los materiales, y cómo y cuándo se desplazarán por la obra. Los resultados de las reuniones se materializan a menudo en forma de planos de obra, con el fin de facilitar su comprensión por parte de todos».
Una vez identificadas estas rutas es posible segregar el movimiento de personas y vehículos por medio de barreras y cruces peatonales específicos. Sin embargo, la naturaleza
cambiante de la obra y su constante evolución puede hacer muy tentador para peatones y conductores la toma de atajos. «Si la construcción avanza a buena velocidad», afirma Haxell, «una ruta establecida hoy para los vehículos puede no ser la mejor opción mañana.

El peligro es que el personal, con ánimo de ayudar, piense: “Puedo recortar esta ruta si muevo unas cuantas barreras y elimino este giro”. Y ahí es donde el bienintencionado plan logístico puede venirse abajo». Para evitar este problema, es importante permanecer alerta y supervisar los comportamientos en toda la obra.

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Una buena visibilidad en todos los ángulos, como la que proporciona la carretilla Cat® DP70N, resulta imprescindible para un manejo seguro

EVALUACIÓN DE RIESGOS

La evaluación de riesgos desempeña un papel fundamental en la planificación de la seguridad y en todas las fases de la construcción.

Haxell nos advierte. «Tiene que ser un documento vivo. Debe examinar los problemas, identificar las formas correctas de controlar los riesgos y actualizarse después a medida que cambien elementos o surjan peligros. ¿Cómo hacerlo? Hablando con los operarios de las máquinas, con los trabajadores que usan las rutas para los peatones, etc.».

 

El orden en la obra

Los materiales recibidos en la obra deberán retirarse  de la vía y descargarse en un entorno cuidadosamente planificado, preparado y controlado. En proyectos de construcción de mayor tamaño, los proveedores y contratistas se someten regularmente a evaluaciones del
rendimiento y se analizan los procedimientos de seguridad y salud. Sus contratos ya incorporan los requisitos de seguridad, supervisándose su efectividad.
Skanska se toma este aspecto muy en serio. «Uno de los elementos clave es, por tanto, asegurar que los planes que hemos puesto en marcha se respeten», dice Wing. Ello no
solo requiere vigilancia y supervisión, sino una adecuada formación de los gremios. «En la actualidad, estamos trabajando con el CITB (Construction Industry Training
Board) para mejorar la educación y la capacitación de quienes recepcionan y manipulan materiales en la obra».

Mantener el orden es esencial en todos los ámbitos de este sector. En algunas de las mejores obras, los materiales de más valor se colocan directamente en contenedores y
los menos sensibles a las condiciones climatológicas se almacenan en áreas específicas, separados por barreras. Los materiales abandonados en rutas de acceso o
almacenados de manera desordenada representan un peligro a evitar. «Lo que no podemos prever», dice Haxell, «es la cantidad de lluvia que caerá, ni la gravedad de los surcos de barro que se formen en algunas partes de la obra por el paso de los vehículos».
La importancia de proporcionar y mantener una superficie que garantice la seguridad y la eficiencia, tanto en la zona de entrega como en las rutas que conduzcan a la zona de construcción, puede resultar obvia, pero su coste debe planificarse con la suficiente antelación e incluirse en la licitación. Tal como señala Haxell, el coste de apisonar varios cientos de toneladas adicionales de asfalto o grava para reparar y mantener las rutas de los vehículos puede marcar la diferencia entre la adjudicación o no del trabajo a una constructora. Por ello, es esencial planificar y gestionar las expectativas de los clientes.

 

La naturaleza en constante cambio de una obra puede hacer que tanto los peatones como los conductores se vean tentados de tomar atajos no exentos de riesgos.

La cultura de la seguridad

Los operarios de carretillas elevadoras deben someterse a formación y probar su competencia. Es, por tanto, responsabilidad del administrador de la obra asegurarse de que trabajen del modo adecuado, y contribuir a un entorno en el que los operarios puedan sugerir mejoras o comunicar problemas sin ser penalizados. Al fin y al cabo, son la
avanzadilla de la obra y tienen más probabilidades que nadie de detectar un peligro.
Skanska cuenta con lo que Wing denomina un programa de seguridad conductual, que promueve una cultura de respeto y atención para todos, animando a las personas a expresarse sobre los problemas, e incluso detener el trabajo si es necesario. «La seguridad y la salud», afirma, «es responsabilidad de todos, y ello incluye a cualquier persona que trabaje en nuestros proyectos».

 

Las herramientas

Para operar de forma segura, el conductor de la carretilla elevadora debe contar con una buena visión periférica, especialmente al dar marcha atrás o maniobrar en espacios reducidos. Aunque un conjunto de retrovisores y una cámara de CCTV montada en la parte trasera pueden resultar de utilidad, el sector ha desarrollado el uso de señaleros para guiar al conductor y proporcionar un nivel adicional de seguridad durante la carga, la maniobra y la descarga de los vehículos pesados.
Otro reto lo representa la comunicación con el conductor, especialmente cuando nos encontramos en grandes obras con varias hectáreas de extensión. Muchas empresas han
prohibido a los operarios de la obra el uso de teléfonos móviles, y el razonamiento es lógico.
«Lo último que quieres», dice Haxell, «es que suene o parpadee algo que distraiga al operario mientras coloca una carga arriba en el andamio y tiene que estar atento a las
indicaciones del señalero». Un gran número de empresas han optado por distintas tecnologías para resolver este problema, pero cualquier solución requiere la aprobación de
los gerentes para evitar que los conductores se encuentren infringiendo las normas de manera no intencionada.

Superar los particulares peligros existentes en el sector de la construcción requiere una planificación minuciosa y una vigilancia continua de las condiciones y la evolución de
la obra, debiéndose además escuchar a quienes trabajan sobre el terreno. Con estos ingredientes como parte de las prácticas recomendadas, el sector puede seguir mejorando
tanto en cuanto a su seguridad como en la eficiencia de las operaciones de manipulación de materiales

 

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